El árbol transgeneracional y la biodescodificación ofrecen herramientas poderosas para comprender cómo las experiencias, emociones y traumas heredados impactan nuestras vidas. Honrar las raíces, conocer y entender el sentido de las historias familiares, permite romper ciclos, sanar vínculos y construir un futuro más libre y consciente.
Por: Yolanda Jimena Ramírez Rivera
A lo largo de la vida, con mucho orgullo algunos, y sin mayor interés otros, escuchamos de la familia más cercana todo lo que a simple vista parecemos haber “heredado” de quienes nos antecedieron: los ojos del abuelo, el carácter del padre, la inteligencia de la madre. Con los años, sin embargo, aparecen nuevas referencias familiares menos halagadoras, vinculadas con la enfermedad o la repetición de experiencias en la familia, que sólo se reciben como cargas negativas, y algunas veces nos remiten a la genealogía de nuestro clan, de nuestros antepasados.
Esto que los estudiosos llaman mandatos transgeneracionales o contratos invisibles, aunque cueste a veces asumirlo y muchos prefieran hacerlo a un lado y continuar con la vida tal y como se viene dando, puede llegar a tener una injerencia muy importante en la forma en que cada uno asume esta experiencia terrenal.
Volver la mirada hacia el árbol transgeneracional, con curiosidad y responsabilidad, permite identificar pautas familiares heredadas o repetidas generación tras generación, como son los miedos, sentimientos, conductas, patrones subconscientes y bloqueos emocionales; para liberar cargas heredadas y transformar la realidad.
En este sentido, conocer aquellos contratos invisibles para comprenderlos y sanar cuanto sea necesario en el clan, permite al sanador y a las siguientes generaciones, transitar la vida de manera más plena, sin esas cargas y ataduras no pedidas.
“Entender que hay una inteligencia biológica que está manejando a nuestro clan, nuestra familia, las funciones, los archivos secretos dentro de nuestros contratos. Ese montón de deber ser, de moralismos, de seguir repitiendo comportamientos de otros en nuestro árbol transgeneracional, para continuar siendo fieles a un determinado programa”, es según Carlos Lewengarc, una de las dos herramientas básicas que maneja la biodescodificación, una propuesta de la medicina alternativa, en la cual es experto y formador.
“Cuando vivimos dentro de ese programa, y estamos “dormidos” creemos que debemos ser los protectores, o los que abandonan; los que tienen que resolver los problemas de todo el mundo, los que se quedan callados, o los que tienen que ser víctimas, para ser fieles a ese contrato, a ese programa. Al empezar a despertar podemos revisar los programas que se nos han pegado, qué es lo que podemos soltar; porque no vinimos a vivir programados, vinimos a poder desarrollarnos en un estado de libertad, de discernimiento, de coherencia.
Es aquí cuando empieza un trabajo muy bonito en el que me despego de ser lo que no pudieron ser mamá y papá; me despego de ser quien todo lo resuelve, porque me estoy enfermando posiblemente. Puedo mirar y soltar esos programas, porque me doy cuenta de que vine a encontrar mi propia versión, y no a ser versiones de segunda categoría o de segunda mano de otros. A eso es lo que nos ayuda el tema del clan, lo que es la Sico-genealogía”, explicó.
Los árboles transgeneracionales, determinan el modo en el cual nos relacionamos, la salud, la suerte, la profesión que escogemos, la relación con el dinero, entre muchas otras cosas. Cuando se trabajan bien, dan cuenta de que casi todos adolecemos de repeticiones, como si se tratara de etiquetas, como son el abandono, el alcoholismo, la desprotección, el abuso, los secretos de familia, las estafas, que con mucha frecuencia están presentes en los clanes; y facilita poder sanarlo para que las próximas generaciones tengan un transitar más liviano.
Sanar desde dentro
La biodescodificación es una herramienta terapéutica que plantea que los aspectos emocionales no resueltos, pueden manifestarse en el cuerpo como síntomas o enfermedades, de ahí la importancia de sanar. Entender por qué nos enfermamos y cuál es la forma de transitar o gestionar esa enfermedad, cómo podemos volver a la normalidad o a la salud, de una forma más dulce, más confiada y más armoniosa, es según Carlos Lewengarc, la segunda herramienta básica de la biodescodificación.
Tenemos montones de informes que desde nuestra biología nos están avisando cuál es la incoherencia, cuál es el “bombillo” que se encendió en nuestro cuerpo, para poder entender en qué no estamos siendo coherentes, qué estamos aguantando, qué postergamos; en qué aspecto estamos transformándonos en víctimas, como si eso fuera para siempre, cuando realmente podemos tomar una decisión.
La biodescodificación tiene su base en la Nueva Medicina Germánica, desarrollada por el doctor Ryke Geerd Hamer [1], basado en una investigación que le permitió evidenciar, en su ejercicio como médico, que muchas de las enfermedades crónicas o recurrentes, se asociaban a situaciones emocionales significativas en la vida de las personas; y a identificar las que denominó las cinco leyes biológicas [2], que podrían resumirse así: 1. Las enfermedades empiezan por un impacto emocional fuerte; 2. Toda enfermedad pasa por dos fases, una fase de estrés (conflicto activo) y luego una de recuperación (si el conflicto se resuelve), 3. Cada enfermedad está relacionada con una parte del cerebro y del cuerpo, según su origen biológico; 4. Los microbios ayudan a reparar el cuerpo durante la recuperación, no son enemigos; 5. Las enfermedades tienen un sentido biológico, son respuestas naturales del cuerpo, no fallos.
“El hecho de conocer las cinco leyes biológicas, no significa que no te vas a enfermar, no es una medicina preventiva. Lo que te garantiza es que en cuanto te aparece un síntoma, vas a tener una gestión mucho más coherente y más rápida, para poder volver a la normalidad, y eso no es poca cosa. Te permite entender en qué aspectos estamos anclados en incoherencia, para poder parar la vida, mirar y decidir otro camino. Cuando elegimos otro camino, la incoherencia se transforma en coherencia, y la biología decide ir retirando la enfermedad”, afirma Lewengarc.
Sin embargo, manifiesta, el segundo paso es saber que las emociones están diseñadas para vivirlas y no para interpretarlas. Empezar a gestionar las emociones desde un estado de asistirlas.
“Por ejemplo, llegó impaciencia a casa. Voy a atenderla, a ver de qué se trata, voy a experimentar qué pasa con ella en mi pecho, en mi respiración, en mi pensamiento, en la transpiración de mis manos. Descubrir qué es lo que me está diciendo impaciencia. Cuando hago ese ejercicio de descubrir, en lugar de interpretar, impaciencia se siente satisfecha y se va. Básicamente son gestiones internas que son muy distintas a las que nos enseñaron. Entonces, cuando atiendo a mis emociones, también estoy atendiendo a mi cuerpo físico, porque generalmente una emoción se deposita en alguna parte de mi cuerpo físico. Yo tengo una angustia en el pecho; tengo una tensión de sobrecarga por desvalorización en el cuello o en los hombros. Es decir que el cuerpo físico participa de nuestras emociones, entonces estoy atendiendo emociones y cuerpo físico en ese descubrimiento. Esa actitud si la practicas habitualmente, tiene unos resultados muy rápidos y coherentes para empezar a vivir de otra manera”, concluyó.
[1] Ryke Geerd Hamer (Mettmann, 17 de mayo de 1935 - 2 de julio de 2017). Fue un médico alemán, creador de la llamada «Nueva Medicina Germánica».
[2] https://concienciabio.com/5lb.html