Esta es la historia de una matriarca nacida en Riohacha, La Guajira: Olga Ramona Brugés Zúñiga (+), aunque ya no vive en este plano terrenal, su espíritu sigue bailando en el corazón de sus seres queridos y el de toda una comunidad como una de las cumbiamberas más reconocidas de su región, y sobretodo como la mejor madre y abuela que una familia puede tener: Olga dejó un legado que inspira a nuevas generaciones.

Por: Ivonne Mosquera Perdomo
@mosquerai

Nació el 25 de noviembre de 1929, bajo el signo Sagitario, en el hogar católico de Emilio Jerónimo Brugés Ríos y María Ignacia Zúñiga Robles, siendo la hermana querida de: Juan Indalecio, Miguel Bonifacio, Rosa Silvia, Francisca Catalina, Anastasio, Pedro y Carlos (todos fallecidos). De su vientre nacieron ocho hijos: Euclides, Miguel, Alicia, Jesús (+), Maximiliano, Adalgiza, Adatriz y Rafael (+), y además reconocido como su gran amor y compañero de vida está Venancio Martínez Aguilar (+) con quien compartió 25 años de vida en pareja.

Heredó de Nacha (su madre), el oficio de la modistería que siempre le proporcionó el sustento para su numerosa familia y además la habilidad para hacer un tratamiento de fertilidad a lo largo de 60 años, que consistía en la preparación de un brebaje de miel con plantas medicinales, exclusivamente para mujeres que, por condiciones en su organismo, no podían quedar embarazadas.

Hasta en Venezuela y Aruba consumieron los litros de la ‘Miel de la Fertilidad’ y cada quien añadió el toque de fe y esperanza al tratamiento, lo que si es cierto es que se obtuvieron resultados asombrosos y hasta milagrosos, pues son cuatro generaciones de madres riohacheras y foráneas las que pueden dar testimonio de ello.

Y es que la medicina moderna a menudo es la primera opción de consulta a quienes desean concebir un hijo (a), pero mujeres como Olga han demostrado el poder y la eficacia de la medicina tradicional. Fue esa convicción y conocimiento en la preparación del brebaje y los consejos de una mujer experimentada, la que ayudó a cientos de mujeres a superar los desafíos emocionales y psicológicos asociados a la infertilidad.

Olga ‘La Cumbiambera’

Con una trayectoria de 25 años como cumbiambera, Olga se convirtió en una figura destacada y admirada en su región. Siendo una adulta mayor, empezó a bailar en el reconocido club CAPROVI ‘Cumbiamberas de Riohacha’ en el año 1993 y a participar en cientos de eventos, desfiles, carnavales y celebraciones exaltando no solo la expresión artística de su ciudad natal sino aportando al rescate de sus tradiciones culturales.

Olga encontró en la cumbiamba, el bálsamo para animar su vida, después de la pérdida de dos hijos, ella se entregó a este espacio como una terapia de sanación espiritual, sin imaginar que con el tiempo se convertiría en una de las figuras más destacadas de la escena cumbiambera local y la bailadora con mayor edad en participar de eventos. Ella no necesitó ser joven para comenzar proyectos de vida y alcanzar sus sueños.

La Cumbiamba, llenó de alegría y fiesta la vida de Olga, esa expresión folclórica propia del departamento de La Guajira, la cual tiene un sello particular y es que uno de sus grandes precursores fue el reconocido juglar de la música vallenata: Francisco Moscote (Francisco El Hombre), y es que hasta el prócer colombiano: el almirante José Prudencio Padilla, fue bailador de cumbiamba.

En este punto, es necesario aclarar que la cumbia no es lo mismo que la cumbiamba, esta última fue la fiesta tradicional, que dio origen a los dos primeros aires de la música de acordeón: el merengue y la puya. Aunque es muy parecida a la cumbia, ésta tiene dos variantes. El primer paso es tipo contradanza, pero se hace hacia adelante y un segundo paso, es el puyao que es un movimiento de cadera perpendicular con los pies flexionados y donde los bailadores tienen el acercamiento: el goce. El vestuario tradicional para las mujeres, es una falda larga y ancha colorida, una blusa y un tocado con flores de diferentes colores. Más información en https://youtu.be/XsA3-5NaIyQ?si=AEn0GK7A0ut21Inj

En el año 2022, durante la celebración de los carnavales de la capital de La Guajira, Olga recibió un homenaje en vida por parte de las ‘Cumbiamberas de Riohacha’ en la que fue exaltada como Matrona de estas festividades y como una de las cumbiamberas más queridas de todos los tiempos. Fue en ese evento especial al que llegó acompañada de sus hijos, nietos, bisnietos y familiares, donde bailó y disfrutó a plenitud de su merecido reconocimiento y del cariño de los asistentes.

La última comparsa en la que brilló Olga, fue la organizada por su familia durante el desfile inaugural del reconocido Festival Francisco El Hombre del año 2022, en esa oportunidad recorrió las calles de su natal Riohacha, recibiendo el aprecio y la admiración del pueblo, en lo que se podría registrar como su ritual de despedida ante el público.   

Vida familiar

La matriarca Olga dejó una gran comunidad hasta el momento conformada por ocho hijos, 37 nietos, 38 bisnietos y además varios hijos de crianza. Su recuerdo siempre será el bastión de su numerosa y encantadora familia que seguramente conservará su legado a través de la historia. Sin embargo, no todo ha sido fiesta, a lo largo del camino murieron seres amados que dejaron un vacío enorme en su corazón, momentos difíciles que pausaron las festividades para vivir largos y dolorosos duelos.

En esta parte de su vida, Olga se destaca como esa abuela adorada por sus nietos y bisnietos quienes se unieron desde muy pequeños, sin reparos para alegrar los días de esta mujer que siempre estuvo presente en los momentos más importantes de sus vidas y les inculcó valores con amor, pero sin dejar de lado su recio carácter. Es que las abuelas son por excelencia recursivas, conocedoras y por la época en la que viven esta etapa cuentan con la sabiduría y una manera particular de amar.

Las abuelas son siempre portadoras del patrimonio del lugar en el que viven. Que sea esta, la oportunidad de exaltar a cada una de las abuelas y hacer un llamado a los nietos a disfrutar de su compañía, a proteger su legado y a valorar cada acto de amor y hasta de sacrificio.

Durante los últimos años, Olga vivió tranquila, saludable, tejiendo prendas y accesorios para sus familiares. Sus creaciones en croché son tan llamativas que en los últimos meses se pusieron a la venta al público. La abuela se caracterizaba por ser una mujer muy elegante y detallista, pero desprendida de lo material para ella la compañía era lo más importante por eso esperaba cada domingo a familiares y amigos para jugar lotería. El encuentro era en el patio de su casa de habitación, ese que seguramente tenía un imán, pues cada semana sin falta, atraía a tantas personas que se cobijaban bajo el palo de mango y la calidez de la abuela Olga.

Disfrutó de una vida plena y extensa, no cabe duda que alcanzó muchos de sus sueños y que llenó de amor y sabiduría a quienes la rodearon, siempre asombró que, a su más de 90 años a cuestas, mantuvo siempre el porte, la elegancia y el buen humor que la caracterizaron desde la juventud. La misma que la llevó a participar con el personaje de ‘la abuela’ en videos de un reconocido influenciador de La Guajira, exponiéndose con naturalidad a las cámaras y a los guiones que por supuesto contenían rasgos de su personalidad. Ver: https://www.instagram.com/reel/DAmEQyzSFhv/?igsh=cW5iYTBwMzd0Y2J1

Olga murió el 7 de enero de 2025 a los 95 años de edad, causando un dolor muy profundo a todo un pueblo. Hasta el cementerio central de Riohacha la acompañó una papayera y cientos de personas que llegaron desde diferentes lugares de la costa atlántica y el centro del país. Durante nueve noches, rezaron por el eterno descanso de su alma como haciendo memoria a esas nueve décadas de valiosa existencia. Su memoria vivirá siempre en los corazones de quienes la conocieron y su legado perdurará a través de todos los tiempos.